CORRIENTES DEL PENSAMIENTO ÉTICO

 

HEDONISMO 

"El hedonismo fue fundado por un seguidor de Sócrates: Aristipo, tomando como base la afirmación socrática de que la felicidad es uno de los fines de la acción moral. Aristipo propugnó que el placer es el bien superior" (Lorente, 2014).

Para Aristipo, el bien se identifica plenamente con el placer, porque para él, en realidad, los estados intermedios entre dolor y el placer no pueden denominarse afecciones, de manera que la opción se le presenta simplemente, entre el placer y el dolor.

Pero si el placer es el bien o fin de toda la vida humana, no lo es como suma de todos los placeres experimentados en la vida. En este sentido Aristipo distingue con todo cuidado el bien o fin que es el placer en sí mismo, puro y asilado del conjunto sistema de placeres que denomina felicidad.

La felicidad, en cambio, entendida como una suma de todos los placeres no es buscada por sí misma, sino por cada uno de los placeres que individualmente la integra. nuestra natural e instintiva tendencia no nos mueve, en efecto, sino a gozar del placer del instante y a huir del dolor presente.

La sabiduría de Aristipo resuelve, pues, en un instintivismo puro que supone como único imperativo el de vivir plenamente, esto es, placenteramente el momento actual. 

Según Aristipo, el placer es bueno por sí y en sí., es la medida y fuente de todo lo bueno. decir que un placer es malo equivaldría coma por lo tanto como a decir que lo bueno es malo, nada importa su origen, su causa y su naturaleza; nada interesa el hecho de que surja según las leyes o contra ellas: en la medida en que es placeres bien.

No son las normas Morales las que deben calificar el placer sino por lo contrario, es el placer el fundamento y criterio de las verdaderas normas Morales.  

La actitud de Aristipo se continúa a su vez, en el epicureísmo. 

Epicuro sostiene que el placer es el Alfa y omega de una vida próspera y constituyen el punto de partida de cada elección que tomamos o rechazamos en ella coma ya que tendemos a juzgar las cosas como buenas o malas en función de la sensación que éstas producen en nosotros.

Por placer se entiende la ausencia de dolor físico y de perturbación mental. el placer consiste en el uso del razonamiento sobrio, la búsqueda de los fundamentos de cada elección que tomamos o evitamos y el destierro de aquellas creencias que corrompen nuestra alma. (Cappelletti, 1961).

                                                                                                       (Ramírez, 2020). 



EJEMPLOS:

Invertir dinero en un viaje de placer; elegir con cuidado los alimentos que se consumirán y basarse en el olor, el sabor, la textura y la calidad; reunirse sólo con personas cuya compañía resulte placentera; evitar películas, libros, obras que generen sufrimiento.


UTILITARISMO 

El utilitarismo es una filosofía construida a fines del siglo XVIII por Jeremy Bentham, que establece que al mejor acción es la que produce de la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad.

J. S. Mil  sostuvo en la ética el criterio utilitarista, cuya máxima es la búsqueda del máximo bienestar del mayor número de individuos, la felicidad general, o también utilidad pública. Esa idea de felicidad es propia de la moral.

La pregunta por la moral es la pregunta por el criterio acerca de lo que es correcto e incorrecto; y ello lo es en virtud de algo que actúa como eje, como valor.

En esa búsqueda de fundamentar la moral, Mill muestra una actitud moral de tipo teleológico, puesto que para él todas nuestras conductas están movidas por algún fin. Por ello las reglas de nuestro actuar obedecen también a un fin. Por lo tanto la moral de Stuart Mill entraría dentro de las denominadas morales teleológicas: “Todas las acciones tienen como motivo algún fin, por lo que parece natural suponer que las reglas de las acciones dependen, en lo que a su carácter y peculiaridades concierne, al fin al que están subordinadas”.

Ahora bien, para conseguir ese fin que se persigue en nuestras acciones, es necesario que el individuo se mueva teniendo presente un criterio de acción. Al mismo tiempo, en toda acción humana se mezclan la razón y el sentimiento.

Por ello, podemos concluir que para Mill en modo alguno los sentidos e instintos naturales son criterio para discernir el bien o el mal en el ámbito de la moral. Más bien se inclina a considerar que nuestra capacidad moral guarda relación con la de raciocinio: “Nuestra facultad moral, de acuerdo con todos aquellos de sus intérpretes que merecen el título de filósofos, es una derivación de nuestra razón, no de nuestra facultad sensitiva”. Esa afirmación según la cual la razón ocupa un lugar fundamental en el ámbito de la moral no es gratuita en el pensamiento de John Stuart Mill. Nuestro autor además vincula la moralidad con la felicidad y para alcanzar ésta sólo cabe la vía de la acción. Pero las acciones no pueden ser protagonizadas instintivamente; deben ser ejecutadas calculando las consecuencias que éstas tienen para la felicidad del mayor número posible (Fuentes, 2016).

Así lo expresa igualmente en su ensayo Bentham:

Sea o no sea la felicidad el fin último al que debe referirse la moralidad, el que refiramos ésta a una suerte de fin y no la dejemos en los dominios de un sentimiento vago o de una convicción interna inexplicable; el que hagamos de ella cuestión de razón y de cálculo, y no meramente de sentimiento, es algo esencial a la idea misma de filosofía moral; es, de hecho, lo que hace posible que haya disputa o discusión acerca de cuestiones morales. Que la moralidad de las acciones depende de las consecuencias que éstas tienden a producir, es la doctrina de personas racionales de todas las escuelas; que el bien o el mal de esas consecuencias es medido solamente por el placer o el dolor, es todo lo que hay en la doctrina de la escuela utilitarista que es peculiar de ésta (Fuentes, 2016, p.52).

EJEMPLO:


EMOTIVISMO

Echegoyen menciona que Hume es uno de los autores más influyentes de la tradición empirista, del periodo ilustrado y del liberalismo. Más que en la originalidad, la fascinación de sus escritos se basa en la radicalidad, en la manera de proponer límites  y las consecuencias del pensamiento.


 

Hume intentará mostrar que la razón es insuficiente. Los argumentos más importantes que presenta en dicho Apéndice y que parecen avalar al emotivismo moral antes que al racionalismo moral, son:

 

Si la razón fuese el fundamento de la moral, entonces lo moral tendría que ser un hecho o algún tipo de relaciones, dado que la razón solo puede juzgar sobre cuestiones de hecho o relaciones; pero Hume intenta mostrar que no es un hecho: el carácter de mala o buena de una acción o cualidad no es algo que se incluya como un elemento o propiedad real del objeto o cosa que valoramos-.

2) Se podría alegar que el carácter criminal de la acción anterior no consiste en un hecho individual, sino que es preciso relacionarlos con otras situaciones

3) La esfera moral tiene una clara analogía con la esfera del gusto o experiencia estética. Ni los sentidos ni el razonamiento es capaz de captar el carácter estético de las cosas. Y lo mismo ocurre, dice Hume en la esfera moral:

4) Existen relaciones similares a las que despiertan en nosotros valoraciones morales que sin embargo no tienen influjo en la moralidad.

5) Los fines últimos de las acciones humanas no dependen de la razón sino del sentimiento.

Concluye Hume señalando que hay dos esferas en nuestra subjetividad:

1)  La esfera de la razón:

·         está a la base del conocimiento del mundo, de la verdad y la falsedad;

·         descubre lo que hay; 

·         nos enseña los medios para alcanzar los fines de nuestras acciones;

·         nos muestra las cosas tal y como están realmente en la naturaleza;

·         no es motivo de la acción.

2) La esfera del gusto:

·         está a la base de la experiencia moral y la estética;

·         da el sentimiento de belleza y deformidad, de vicio y de virtud;

·         no descubre nada nuevo;

·         en cierto modo crea rasgos en las cosas: “embelleciendo y tiñendo todos los objetos naturales con los colores que toma del sentimiento interno, origina, en cierto modo, una nueva creación”;

·         da placer o dolor;

·         se convierte en motivo de acción, y en el resorte o impulso para el deseo y la volición.

                                                                                                             (Echegoyen, s.f.).

La moral descansa fundamentalmente en los sentimientos: Hume creerá que hay sentimientos morales, sentimientos que se despiertan en nosotros con ocasión de la percepción de ciertas acciones o cualidades de las personas. El sentimiento moral básico es el que denomina “humanidad”: sentimiento positivo por la felicidad del género humano, y resentimiento por su miseria. Llamamos acciones virtuosas a todas las acciones que despiertan en nosotros dicho sentimiento, y vicios a las que despiertan en nosotros el sentimiento negativo.

Una de las dificultades de este punto de vista es que parece caer en el subjetivismo y relativismo moral. Hume intentó eliminar estas consecuencias subjetivistas o relativistas distinguiendo distintos tipos de sentimientos de agrado y desagrado y estableciendo ciertas condiciones necesarias para que sea correcto identificar el agrado con el sentimiento moral. Consideró también que todos los hombres tienen dichos sentimientos y  que aparecen de la misma manera en todos, puesto que se encuentran en nuestra propia naturaleza (Echegoyen, s.f.). 

EJEMPLO:




Punto de vista critico sobre las corrientes filosóficas

Considero que cada una de las corrientes anteriores tienen aspectos relevantes y llevando estás corrientes a la vida actual quizá resulta aplicable el utilitarismo, corriente que está íntimamente ligada con el capitalismo  ya que  como bien se dice es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad. Sin embargo  de manera personal no podría afirmar que el fundamento  de las reglas morales reside en alguna de ellas en específico, dado que cada ser humano tiene la capacidad de deliberar su actuar de acuerdo a sus intereses.

Referencias 

Cappelletti, A. (1961). El hedonismo de Aristipo-Biblioteca virtual . Recuperado de: https: https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar:8443/bitstream/handle/11185/4376/RU050_03_A001.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Echegoyen Olleta, J. (s.f.). Filosofía Medieval y moderna. Recuperado de: https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Hume/Hume-EmotivismoMoral.htm

 Fuentes Jiménez, J. R. (2016). Jhon Stuart Mill y la Educación como Derecho Humano. En J. R. Fuentes Jiménez, Jhon Stuart Mill y la Educación como Derecho Humano (págs. 47-52). España: El santre de los libros.

Lorente, M. (2014). Hedonismo de la aritmética del placer. Recuperado de: https://www.google.com/searchq=el+hedonismo+de+aristipo&oq=el+&aqs=chrome.0.69i59j69i57j35i39j0i67j0i67i131i433j0i67l4j0i67i131i433i457.5545j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8

Ramírez, I. (2020). EPICUREÍSMO: Filosofía del PLACER y DOLOR - El Hedonismo de Epicuro y la Gratificación Instantánea. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=jvxCmPP3x0w&t=586s


 


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