EDUCACIÓN SIN VOCACIÓN
¿Qué es la vocación docente?
“Quien tiene vocación docente es alguien que
siente la necesidad de brindarse, de contribuir al perfeccionamiento social,
que posee paciencia, comprensión, es altruista, y por sobre todo, ama a los
niños y a la juventud” (Fingermann, 2011).
La vocación en la actividad docente
La
vocación en la actividad docente es sustancial, tal vez la profesión docente no
sea la más relevante de todas en una sociedad, pero si es fundamental, es
inconcebible que se opte por esta profesión sin que se tome con la seriedad y
respeto que requiere. Los docentes son parte esencial en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, una labor deficiente puede limitar el potencial de un
alumno, puede crear falsas limitantes e inseguridades en su personalidad, pero
un docente con vocación, con responsabilidad, con pasión por la enseñanza y
preparación profesional pertinente, puede ser parteaguas de personas extraordinarias.
Aunque ninguna de las dos premisas anteriores garantiza que el educando sea el
reflejo de su educador, pues son diversos los factores que en ello intervienen,
siempre será mejor asumir la tarea docente con dignidad, ética y
responsabilidad (Freire, 1994).
“educación
con co-razón” porque lo “emotivo”, el sentir humano más íntimo y profundo, está
ignorado, relegado, desvalorizado, proscrito, ausente… en lo que se vive
cotidianamente en muchas de las escuelas e instituciones educativas. El
resultado de la disociación, oposición y antagonismo entre estas dos
dimensiones o facetas del ser humano y de su racionalidad, la emotiva y la
intelectual, no ha sido otro que la difuminación o anulación de lo corporal y
emocional y un desarrollo unilateral e hiperbólico de lo intelectual. En las
escuelas hay mucha más “cabeza” que “corazón”, mucha más “mente” que “cuerpo”,
mucha más “ciencia” que “arte”, mucho más “trabajo” que “vida”, muchos más
“ejercicios” que “experiencias” … mucha más pesadumbre y aburrimiento que
alegría y entusiasmo. Y esto es válido para los niños, pero también para los
maestros y maestras (María, 2005, p.
21).
Un maestro que asume su quehacer profesional con apego a los principios filosóficos, éticos y legales de la educación mexicana
Una
maestra o un maestro, en su práctica cotidiana pone en el centro de su
preocupación la protección de los derechos de las niñas, los niños y
adolescentes, al tiempo que reconoce sus capacidades, talentos, necesidades,
intereses, emociones y características familiares, sociales, culturales y
lingüísticas, con formas propias de pensar, sentir e interactuar con el mundo
natural y social.
El dominio destaca también la importancia del desempeño profesional honesto, responsable e íntegro, orientado a preservar el derecho y bienestar de los alumnos, es decir, a una maestra o un maestro que realiza su trabajo con un alto espíritu de servicio, profesionalismo e interés público (SEP, 2020, p. 17).
Educar tiene un gran sentido, es un punto de partida para el desarrollo y la transformación social, para coadyuvar a la formación de seres pensantes, de seres capaces de amar y respetar a su prójimo, y para lograrlo el docente tiene el compromiso y responsabilidad de estar en preparación y actualización constante, para tener más y mejores herramientas además de conocimientos, adaptándose a los nuevos cambios que puedan ser aplicables y favorezcan su contexto laboral sin perder de vista el lado humano, sin olvidar que es un pilar de la educación.
La educación como practica liberadora
No obstante, el amor por la docencia debe ser la fortaleza que induzca a
lo que Freire denominó en su pedagogía del oprimido; la educación como practica
liberadora “La práctica de la libertad sólo encontrará adecuada expresión en una
pedagogía en que el oprimido tenga condiciones de descubrirse, y conquistarse,
reflexivamente, como sujeto de su propio destino histórico” (Freire, 1968, p.
6).
La vocación de un docente no debería considerarse como algo arcaico en
una sociedad tecnológica, debe ser el medio para llegar a una transformación
social, para recobrar la integridad del hombre como sujeto y no como objeto,
procurando la solidaridad y el bienestar común sin perder de vista la
realización integral de cada alumno.
Fingermann,
H. (2011). Educación. Vocación docente. Recuperado de: https://educacion.laguia2000.com/general/vocacion-docente
Freire, P. (1968). Pedagogía del oprimido.
Recuperado
de: https://www.redalyc.org/pdf/869/86901005.pdf
Freire, P. (1994). Cartas a quien pretende
enseñar. México: Siglo XXI Editores.
María, T. J.
(2005). Educar con "co-razón". España: Desclée De
Brouwer.
SEP. (2020, Diciembre). Marco para la excelencia en
la enseñanza y la gestión escolar en la educación básica.
Comentarios
Publicar un comentario